Fuente: LaLiga |
Ser la mejor afición del mundo se
demuestra con hechos más que con palabras. A muchos equipos se les llena la
boca con su afición, que luego dejan los estadios con una pobre entrada o más
silenciosos que un cementerio. Caso aparte son aquellas que increpan a sus
jugadores, que les insultan, les agreden, les intimidan en los entrenamientos o
atacan sus vehículos cuando las cosas van mal. Es una manera de demostrar tu
descontento, pero vaya manera…
En este último aspecto, la
afición rojilla es encomiable. En un año tan duro como el pasado, con el equipo
arrastrándose por los terrenos de juego y encadenando ridículo tras ridículo,
la gente que copaba las gradas de El Sadar dio una lección de saber estar.
Cuando incluso algún que otro pito (siempre tras acabar el partido) no hubiera
estado de más, los cánticos de principio a fin ganaron la batalla. Pone los
pelos de punta ver algo así. Ya lo dijo Miguel Ángel Román, comentarista de
BeIN LaLiga, en el último partido en El Sadar: apetece poco despedirse de este
estadio y esta afición.
Ya en la temporada del ascenso se
demostró que el osasunismo estaba más vivo que nunca. Años de acomodo en la
élite, 14 en concreto, habían acomodado también a la gente en cierto modo. Pero
el descenso de categoría y, sobre todo, salvarse en el último minuto de la
desaparición en Sabadell, revivieron ese germen que demostró estar tan sólo
aletargado. El ascenso trajo consigo una más que esperada subida de gente
socia: al sector más fiel le acompañó otro grupo que quería ver a las grandes
estrellitas en El Sadar. Un grupo pequeño que apareció en los PlayOff y
desaparecerá ahora, de nuevo en Segunda. De esta manera, Osasuna logró alcanzar
el tope de socios impuesto por LaLiga: 15.000. Sin embargo, no se registraron
llenos en toda la temporada, pese a que las asistencias fueron
considerablemente buenas. Como explicó la directiva, el no ejercer el derecho
de uso de entradas por parte de clubes convenidos impidió a mucha gente
quedarse fuera del cupo de socios y no poder aprovechar, después, las
localidades que quedaban vacías.
De cualquier manera, se puede
afirmar de manera evidente que el osasunismo está más vivo que nunca y que la
categoría en la que milita el equipo es indiferente. Así, Osasuna ha batido su
propio récord de socios en Segunda División. Sólo en el periodo de
renovaciones, que acabó ayer, 13.236 gargantas confirmaron su presencia en el
feudo rojillo para la campaña entrante. Nunca antes se había llegado a las
13.000 personas, por lo que se puede tildar de éxito rotundo. Además, todavía
queda la campaña de captación de nuevos socios, por lo que la cifra podría
aumentar notablemente.
Es el momento de felicitar a esta
Junta Directiva por el esfuerzo económico realizado para establecer diferentes
ofertas a la hora de llevar a cabo la renovación y captación. Los tiempos
difíciles que estamos viviendo ponen al fútbol como un capricho casi de lujo. El
desempleo y la precariedad salarial hacen imposible a muchas familias tener su
abono, y este problema aumenta cuantos más miembros tiene la familia. Si,
además, tenemos en cuenta que hay plataformas de televisión que ofrecen poder
ver todo el fútbol de Primera, Segunda y Europa por menos de lo que cuesta un abono
y desde la comodidad del sofá y el calor de la calefacción, la complicación es
todavía mayor. Por eso es de agradecer que, por primera vez, la afición
osasunista tenga la opción de ahorrarse unos billetes y poder invertirlos en
cosas de mayor necesidad.
Una bonita cifra sería alcanzar
los 14.000 socios y socias, tan sólo 1000 menos que la temporada pasada. Bonito
e histórico, una muestra más de que la afición rojilla es, además de una de las
mejores, una de las más fieles.
Dicen que estamos locos de la
cabeza…
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