Fuente: Osasuna.es |
Veni, vidi, vici es una expresión
en latín equivalente a “llegar y besar el santo”. Fue Julio César quien la “acuñó”
para describir su rápida victoria en la Batalla de Zela frente al Reino del
Bósforo. Pues bien, esta expresión es transferible a la actuación de Kike Barja
ayer. El canterano se vistió de Julio César y, él solito, revolucionó el
partido: se fabricó la jugada del tercer gol y anotó el cuarto en una acción
que él mismo se guisó y se comió.
Lo del chaval ya era un clamor popular,
no había prácticamente nadie que no pidiese una oportunidad para él, y más
viendo el rendimiento de las bandas del equipo. Ayer, en un partido en el que
se comenzaron a escuchar pitos desde la grada, Diego Martínez decidió hacer lo
que debería haber hecho hace jornadas, sacar a Kike al campo. Poco, o nada,
importa si lo hizo por convicción o para apaciguar los ánimos de la gente, lo
que está claro es que la apuesta funcionó. Y lo hizo porque Kike Barja es una
apuesta segura, un jugador tanto de futuro como de presente. Y no sólo eso,
también es un osasunista de los pies a la cabeza. Un chico que, a muy corta
edad, recibió ofertas de gigantes como el Atlético de Madrid, quien hasta se lo
llevó para mostrarle las instalaciones del club. Pero su sentimiento rojillo y
un entorno óptimo hicieron que siguiese en Pamplona, en su casa y en su club
del alma.
Un chaval que este verano ha sido
toreado, con todas las letras. Se le prometió una ficha con el primer equipo,
se anunció a bombo y platillo su ascenso y, finalmente, se le relegó de nuevo
al Promesas. Cualquier otro hubiera estallado ante semejante mareo, pero puede
que Kike sea especial. Pese a ser tan joven, sus palabras en zona mixta tras el
partido de ayer dejan ver una cabeza muy bien amueblada. Y eso que ya lleva un
periplo considerable con el primer equipo, aunque su debut en El Sadar no se
produjese hasta ayer. Urban contó con él para hacer la Pretemporada e ir
convocado en algún encuentro, al igual que Martín. Pero en ambos casos estaba
demasiado verde para debutar. Su verdadera explosión se produjo la campaña
pasada, en su estreno en 2ªB.
Para Kike, cada uno de los cuatro
ratos que ha disputado con Osasuna ha sido un debut: en Primera, en Copa, en
Segunda y en El Sadar. Sólo le falta el estreno como titular y afianzarse en el
equipo, cosa que debería llegar más pronto que tarde. Es buena muestra de que
la situación clasificatoria del Promesas no es relevante para sacar buenos
jugadores para el primer equipo. Ayer Kike Barja nos dio una buena dosis de
ilusión en un momento en el que está parecía flaquear. Enhorabuena chaval, será
el primero de muchos.
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